domingo, 12 de diciembre de 2010

viernes, 16 de octubre de 2009

¡Bendita música!

Lo cierto es que la música siempre ha sido algo que he sentido muy cerca. Desde el comienzo, cuando empecé a estudiar piano en Figueres, donde nací, ha sido un excelente refugio para mis inquietudes y un estupendo contrapunto a las crisis vitales de toda adolescencia. La música es en todo momento una compañía envidiable que nos ayuda a encontrar el sitio que buscamos y que nos corresponde. Obtuve el título profesional de piano por el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona. Le tengo un agradecimiento especial a la música por el papel tan importante que desempeña diariamente en mi existir, porque apacigua mi espíritu inquieto y por lo mucho que me acompaña en este camino de exploración que es la vida.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mis comienzos

Me inicié como pianista profesional en 1999 en Figueres (Girona), dirigiendo la zarzuela Katiuska de Pablo Sorozábal, en el teatro El Jardí. El gran salto como pianista me llegaría cuatro años más tarde, protagonizando un Recital Lírico para la Gala Würt en la sala principal del Gran Teatre del Liceu de Barcelona (2003). Tras esta actuación, comencé una trayectoria interesante como pianista repertorista de cantantes líricos, dando recitales en diversos teatros y auditorios de España, realizando en muchos casos un doble rol como pianista y actor, sobre todo en grandes óperas y zarzuelas. Así, he incorporado a mi currículo títulos tan sonados como La Bohème, Cosí fan tutte, Don Pasquale, La Verbena de la Paloma o El dúo de la Africana, entre otros.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El baile, la voz del cuerpo






















Casi al mismo tiempo que me iniciaba como pianista profesional, empecé a tomar clases de de ballet en la Escuela Profesional de Danza de David Campos en Barcelona, donde comencé mi andadura como bailarín de clásico y neoclásico. Un cursillo de verano en la Escuela de Danza de Víctor Ullate (Madrid) me animó a cambiar de residencia y probar suerte como bailarín en la capital española, donde he completado mi formación. He pasado por la European Ballet London, el Ballet Clásico Arte 369, de María Giménez, donde además de bailarín he sido asistente repetidor. He actuado en diversas galas como artista invitado: Grand Pas de Deux del Cascanueces en el Teatro de Madrid, Romeo y Julieta junto a Aurora Zerdán en la entrega de premios A.P.D.E 2008.

Bailar no es fácil

No sé muy bien por qué empecé a bailar. Había algo que me maravillaba. Pienso que era esa magia que se produce cuando ves que el cuerpo se mueve en sintonía con la música. Pero el adiestramiento es duro. No basta una morfología adecuada y una gran sensibilidad, es preciso además mucho sacrificio y mucha disciplina para que el cuerpo pueda transformarse y llegue a hacer todo lo que se le exige. El camino para llegar a ser un gran bailarín está salpicado de muchos momentos de amargura, pero vale la pena. Uno de mis maestros decía que le encantaba dedicar su vida a conseguir que la gente bailase porque la gente que baila es más feliz.

martes, 13 de octubre de 2009

Empieza la función



Desde siempre me interesé por la interpretación. Está claro que vamos por los escenarios de la vida sin darnos cuenta de que interpretamos múltiples personajes en función de las programaciones que a cada cual le tocan en su existencia. Muchas veces hay que ajustarse al papel y no se puede salir uno del programa. Posiblemente por esa posibilidad de transgresión me empezó a interesar el teatro. En el escenario sí podemos proyectar otros perfiles diferentes a los que nos obliga el guión de nuestra realidad. Actuar es ser capaz de transformar de forma consciente el perfil de los personajes que interpretamos en la vida, es salir de nosotros mismos y dar luz a la fantasía. En el fondo, interpretar es romper la coraza que nos impide soñar.

jueves, 26 de marzo de 2009